martes, 7 de julio de 2015

TU PRESENCIA Y LA MIA

Vamos a entrar ahora en el bosque
donde ya han esperado tanto tiempo los pájaros
tu presencia y la mía.

Vamos a oír las voces
del viento que en los árboles
se hermanan con el canto de los pájaros.

Vamos ahora mismo
hasta el alma del bosque,
por entre las hojas ya caídas, ya torpes,
volanderas sobre la tierra
y sobre el aire cálido de la mañana,
hasta sentir el corazón en verde revestido
como con el escudo a la corteza
de algo que ha de perdurar,
ocultando la savia que por dentro resume
todo nuestro existir.

Son antiguos desvelos,  sobre cicatrices ya viejas, pongamos este arrimo de luz que nos ofrecen las entrañas del bosque.


Vamos a entrar cantando hasta encontrar la hebra del primer trino en algún árbol.

Vamos a entrar despacio
hasta el follaje denso donde el sol llega apenas en jirones, dorando la tierra y las raíces de los cedros.

Tu presencia y la mía 
en el bosque la esperan hace tiempo los pájaros.

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