La noche ha sido larga.
Como desde cien años
De lluvia,
De una respiración
embravecida
Proveniente de un fondo de
vértigo nocturno,
De un cántaro colorado
Jadeando en la tierra,
El viento ha desatado su
tempestad violenta
Sobre el velo anhelante de
la ilusión
Efímera, sobre los fatigados
menesteres,
Y tú y yo, en la colina
Más alta,
En el rincón de nuestros dos
silencios,
Deja que el viento muerda
sobre el viento.
Yo te cerraré los ojos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario