domingo, 8 de noviembre de 2015

CANTO XII: EL INFINITO

Amé siempre esta colina,
y el cerco que me impide ver
más allá del horizonte.

Mirando a lo lejos los espacios ilimitados,
los sobrehumanos silencios y su profunda quietud,
me encuentro con mis pensamientos,
y mi corazón no se asusta.



Escucho los silbidos del viento sobre los campos, 
y en medio del infinito silencio tanteo mi voz:
me subyuga lo eterno, las estaciones muertas, 
la realidad presente y todos sus sonidos.

Así, a través de esta inmensidad se ahoga mi pensamiento:
y naufrago dulcemente en este mar.

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