Ahora la
Princesa duda, no recuerda si era o no una pesadilla, pero lo cierto es que sintió
el hechizo y cómo su rostro se iba
transformando, cayendo sin remedio mientras alucinaba con endriagos que hostigaban su alma.
Poco convencida -o
nada- si ese polvo mágico de las tan agraciadas y caritativas hadas, haya servido para algo. Además a la Princesa
no le congraciaban las hadas… Son espíritus que tienen forma física, son
terrenales y básicas. Aunque no las rechazaba, sabia reconocerlas y mantenerlas
circunscritas en un espacio delimitado.
De lo que sí estaba
segura la Princesa, era del enorme sentimiento de amor y paz que fue invadiéndola.
Una luz brilló dentro de su pecho, como si un sol hubiera encontrado cobijo en
lugar de su corazón. Sentía su presencia… “El espíritu del caballero, se
transportó en un instante a los sueños de su amada” y fue él con su
infinita ternura, amor, caricias y palabras lo que hizo que la Princesa esa
noche se calmara.
La Princesa se quedó
sin palabras… cautiva ante el excelso sentimiento que le profesaba el
Caballero: “Mi regalo de amor para ti, te lo doy sinceramente
así como te he dado mi corazón, mi alma, mi cuerpo y quiero darte mi vida
entera.” “amor infinito, que supera a la
pasión y que va más allá del tiempo y la distancia”...Aunque no
físicamente, él siempre ha estado… dándole un halo de alegría y suficiente
aliento a la Princesa, manteniendo sus
almas unidas.
Las estrellas
brillan en la oscuridad... Despierta: el alba está por llegar" dedicando
unos versos a su Caballero:
"Vuela
mi mente en busca del sentimiento, mi corazón se abre cediendo luz al recuerdo,
y al verte únicamente a ti en mis pensamientos, mi cuerpo enamorado se mantiene
sediento y la inspiración crea estas letras que van directas a tu alma
acariciando esos ojos verdes que mantienen en vilo la mía, y me dan un motivo
para soñar cada noche."
“Oigo
tu nombre entre la oscura soledad, y espero tus ojos conquistando dulcemente mi
alma, tu cuerpo deshaciéndose entre mis brazos como las estrellas se deshacen
al amanecer, tu estela filtrándose entre mis sentimientos...”
“Para
unos ojos verdosos que acarician el alma con la mirada... para ti, amor mío, va
mi corazón envuelto en regalo…”
“Ahora... me gustaría refugiarme en tus
brazos, beber de tus besos, sentir poco a poco que la pasión sale de tu corazón
como el fuego del dragón que asola mi corazón por no tenerte al lado"
“Hasta
que pueda volver a verte algo dentro de mí me quema calentándome las venas como
el sol al viento perpetuando tus caricias... recordando que el más intenso de
los sentimientos fue entre tus brazos."
El silencio hace
presencia, junto a su amiga, la soledad. “Ambas mi mente confunden,
Sentimientos muy profundos, en el fondo, en mi interior" Susurrándole al Caballero: Eres el dueño de
mi suspirar, mi alma, mi sentir, mi
pasión, mis deseos, mis sueños, toda te pertenezco y…
Te amo, Mio
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