martes, 12 de marzo de 2013

La Princesa espera



La Princesa Espera

Una noche fría resguardada con el cielo triste, ansiosa se encontraba la Princesa por ir al bosque de la melancolía,  sin importar lo débil y agotada que se sentía,  ya llevaba muchas horas sin dormir -no recordaba ni cuántas- Tenía un interés muy particular… Había quedado inconclusa la conversación con Elfo y  no acordaron un encuentro, pero ella tenía la esperanza de  verlo nuevamente. Era trascendental dilucidar: Cuál era ese único camino que la llevaría nuevamente al corazón del Caballero?!…
Mientras tanto, decidió  reposar entre la yerba húmeda, su mirada fija hacia el cielo y su mente divagaba en la soledad… pensando en el Caballero.
El recuerdo la inspira y la domina una enredadera regresiva del tiempo… Se consuela sintiendo la inmensidad  de la noche que la envuelve.  La Princesa a través del pensamiento le recordó al Caballero que no fue él quien la conoció primero.  A pesar de que él conocía la naturaleza humana, y siempre estaba dispuesto a escuchar a quien se le acercara pidiendo su consejo, ninguno de sus más íntimos allegados que vivían en la aldea,  pudieron percibir la desolación que le abrumaba.

Ella como Ángel, aún en la distancia sintió el desconsuelo en el alma del Caballero, por eso sin conocerlo, -una osadía de su parte-, decidió acercarse y preguntarle qué le pasaba?
Un poco asombrado el Caballero, pero con delicadeza y respeto, -presumo que la princesa le inspiró confianza-, le comentó con mesura los motivos de su tristeza. Pues ciertamente, aunque siempre estuvo rodeado de princesas y una de ellas lo tenía prendado, él no les prestaba mayor atención. Primero las evitaba por ser  banales, frívolas, vanidosas, veleidosas  y segundo porque en ese tiempo el caballero por las muchas funciones que le imponía su investidura, andaba de batalla en batalla en todas direcciones al rescate de damiselas y a la caza de dragones, lo que le impedía estar en su morada, eso marcó un lugar en su corazón donde no tenía defensa.
 La Princesa Ángel en ese momento descubre su lado más espiritual, intuyó que debía darle con sabiduría y conocimiento algunas sugerencias  que había aprendido en el trayecto de su vida y tal vez ella, ya había pasado por una situación muy similar. La conversación se tornó fluida, tácitamente era como compartir el momento. El Caballero cual observador silencioso reflexionaba de lo que por conocimiento sabía que podía pasar, al terminar la conversación, la Princesa desapareció de la vida del Caballero.

El corcel avanzaba a tientas, mientras el Caballero oteaba el horizonte, implorando casi, por un rayo que iluminara su camino. Ni rastros había de la Princesa Ángel. Aguardó unos instantes, con la secreta esperanza de verla otra vez.
¿La había visto o escuchado realmente?


Nadie de la aldea admitía haberla visto, ni conocían su castillo  el cual  estaba al otro lado del bosque encantado. Sumido en la desazón, comprendió que si el Ángel había realmente estado allí, ya habría buscado refugio en otro lugar. Con resignación, guio las riendas hacia su palacete. Cada día que pasaba y todas las noches la buscaba, no perdía las esperanzas de volver a ver a aquel Ángel.

Visitas inesperadas… Ella aparecía y volvía a desaparecer en forma absolutamente misteriosa, si bien quería estar fuera de la vida del  Caballero, éste  le preocupaba, por lo que en cada encuentro ella se encargaba de elevarlo en sus alas de seda, con ráfagas de sentimientos plenos,  la muda confidencia se escuchaba en la conciencia de los dos y a veces... Secretamente el  deseo de unir sus almas los invadía.  
Gruesas gotas comenzaron a caer en forma aislada y luego con mayor intensidad, lo que hace que se esfume de la mente de la Princesa el recuerdo de ese primer encuentro. Más ella permanece en la yerba,  le encanta la lluvia, -esta vez no salió corriendo a buscar un refugio-.

Era una Princesa muy romántica pero a pesar de ello, siempre intercedía  la razón sobre sus sentimientos… Tratando de buscar los motivos que la hicieron buscar al Caballero pensaba en voz alta: En ocasiones sin poder evitarlo, se muestran emociones de manera inusual en conversaciones que van más allá de una amistad, sin darse cuenta uno al otro se hacen falta. Sienten que el mundo deja de girar, compartiendo los sueños más preciados, como el Príncipe/Caballero y Princesa/Ángel/Dama… Se crea la intimidad física, emocional y espiritual,  el vínculo más fuerte que puede existir entre dos seres humanos…
Razonamiento que la llevó a concluir que el Caballero hizo caso omiso a las sugerencias que ella le había dado el día que lo conoció; pues él, si sabía que debía dejar que su corazón hablara, darle rienda suelta a sus sentimientos y ella entendió que su irrefrenable sentir se convertía en el amor más sincero, único, excelso… Y  que cualquier amor, puede nacer del cuento de los sueños!
Pasaban las horas, el frio de la noche comenzaba cubrirla,  Elfo de la Luz no aparecía y la Princesa comenzaba a desesperarse, por lo que decidió regresar al castillo. Se puso de pie y lentamente fue caminando por la senda preferida del bosque de la melancolía… Instante en que se vislumbra una luz,  sabía que era Elfo.

El se acercó y sólo dijo unas palabras:
 Princesa como mortal que eres, te falta por aprender algo que es  esencial en la vida.  Dado el amor que dices sentir, la tristeza en que estás inmersa  y la condena que tú misma te impusiste, te conferiré un Don Especial, pero tú misma tendrás que descubrirlo”… Ese será el único camino que te haga regresar al corazón del Caballero.
La Princesa un poco desconfiada preguntó: Y como lo sabré?
El respondió, busca lo esencial:   Si puedes cerrar tus ojos, ver tus ilusiones dibujadas en tu pensamiento, no hay duda….”


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